Se pega todo menos la piel tersa.
Se niegan a envejecer. Absorben la energía fresca de su prole, ellos se divierten y ellas se sienten una más del grupi.
Adoptan sus muecas, sus andares, sus gustos y su jerga: «Jopeta, ¿qué pasa tronco, no mola?»
Las marcas han visto un filón comercial con estas madres que quieren ir vestidas igual que sus hijos.
Pero la edad, ¿es una cuestión mental o no? ¡Viva ellas!